Materiales y fuentes de la geografía turística
Desde tiempos ignotos los viajeros que realizaban viajes por tierras lejanas dejaban constancia de sus experiencias en escritos, que eran leídos y admirados por sus compatriotas compartiendo de esta manera el saber del viajero, pues el viaje ha sido considerado de siempre como un camino de sabiduría.
Estos mismos libros servían de guía, y esta es la palabra clave, para posteriores recorridos por desconocidos parajes.
Clásicos griegos y romanos han llegado hasta nosotros como descripciones de viajes, algunos autores lo hacían con intención histórica, otros épica y ambos con una componente literaria importante.
Esta tendencia a describir viajes no se pierde en la Edad Media, y buena muestra de ello es el famoso Codex Calistinus, que describe el Camino de Santiago, y que debe considerarse como una de las primeras guías turísticas de ruta, pues se indica con cierta fidelidad el recorrido, los alojamientos y los peligros del itinerario.
Posteriormente, en períodos más ilustrados, es costumbre entre los escritores reconocidos la realización de viajes, como excusa para escribir libros de experiencias personales, que sirven de modelo para una nobleza que considera el viaje como un elemento de madurez (nuevamente el concepto de iniciación); estamos en la época del Grand Tour, siglos XVII y XVIII. La misma línea de actuación se sigue con la legión de escritores románticos, para los que la experiencia del viaje y del descubrimiento de nuevas culturas y paisajes es una necesidad imprescindible.
En el siglo XIX aparecen, de la mano del alemán Baedecker, las primeras publicaciones con función de guía, y sólo de guía. Estos libros no son ya la experiencia de un viaje contada por un escritor con mayor o menor ingenio, son publicaciones de carácter funcional que pretenden ayudar al viajero común en su viaje, con una descripción de los lugares y de las rutas. La idea de Baedecker tuvo un éxito insospechado, primero entre la burguesía, y posteriormente, con la democratización de los viajes ya en pleno siglo XX, entre el gran público.
Editoriales anglosajonas, francesas, alemanas, suizas, y italianas se cuentan entre las pioneras en el desarrollo de este tipo de publicaciones, coincidiendo, claro está, con los países donde el turismo empieza a ser un tema de masas.
En España, la producción de guías turísticas ha sido una cuestión pendiente durante décadas, pues no hay una gran tradición de viajeros, tan sólo ha sido destacable en algunas grandes áreas urbanas como Barcelona, Madrid o el País Vasco. Por esta razón, las escasas publicaciones que había en nuestro país que respondieran a los criterios informativos de las guías turísticas eran traducciones de guías francesas o italianas, aunque posteriormente se impusieron las guías de origen anglosajón como modelo de traducción.
Con la puesta en escena de la ecología como elemento de conciencia universal y el desarrollo de nuevas tendencias en el comportamiento turístico, tanto el emisor como el receptor, en España empieza, desde hace un quinquenio, una autentica primavera editorial con la publicación masiva de guías turísticas, de los más diversos formatos, contenidos y públicos objetivo.
Ya no se trata tan sólo de guías traducidas de otros idiomas, aunque continúan siendo importantes, pues una pléyade de autores que escriben en alguno de los idiomas del Estado español con el soporte de potentes editoriales empiezan a inundar el mercado de las guías turísticas, hasta el punto que hoy en día cabría considerar el mercado como prácticamente saturado. Por lo que afecta a la geografía turística de España, el soporte de guías turísticas es más lento y ha coincidido con la consolidación de las CCAA como entidades reconocibles por el turista.
Ello ha permitido que durante algunos años hubiera en el mercado más guías turísticas de Hungría, por poner un ejemplo que de Extremadura o Asturias.
Las guías sobre el territorio español han sido tradicionalmente de todo el país, y tan sólo en período muy reciente ha empezado la publicación de guías de carácter autonómico. Esta afirmación no es válida para algunas CCAA consideradas grandes destinos turísticos, que ya gozaban de una buena bibliografía, como es el caso de Baleares, Canarias o Andalucía; en cualquier caso existe bibliografía de origen extranjero. Una historia paralela, aunque no igual, sigue el otro gran protagonista del material de información turística, el folleto.
Las primeras manifestaciones de carácter impreso con objeto promocional tienen el formato de carteles publicitarios y corresponden a acontecimientos puntuales de algunas localidades o empresas de interés turístico. Posteriormente las entidades públicas, generalmente estatales, empiezan a descubrir el valor de este tipo de materiales y desarrollan con cierta intensidad, desde principias del siglo XX, una cartelería, que a menudo es vista como obras de arte, más que por su mensaje promocional. Ello da pie a que se genere un tipo de publicación que sea más útil y manejable por el visitante, en principio con información útil y posteriormente con textos de clara vocación promocional. Estos folletos turísticos empiezan a distribuirse no sólo en los países o territorios de destino, sino también en los consulados de dichos países en los grandes mercados emisores, y posteriormente en las oficinas de turismo en el extranjero creadas a tal efecto.
En España, y con un cierto retraso, el comportamiento es similar, destacando en época reciente el cambio traumático que supuso el paso de competencias promocionales del Estado a los entes autonómicos. Traumático porque el Estado ya contaba con una red de oficinas de turismo y de distribución que las CCAA no pudieron aprovechar, resultando situaciones bastante paradójicas, en las que las oficinas de cada Comunidad Autónoma disponían tan sólo de material promocional de su ámbito territorial, pero no del resto del país. Esta situación se mantiene todavía en gran medida, con el soporte de las publicaciones de Torrespaña, que continua editando a nivel estatal folletos promocionales. Con todo, las guías y los folletos turísticos no son los únicos tipos de fuente documental para la Geografía turística existentes en el mercado.
Se puede hacer un resumen del conjunto de fuentes documentales que se utilizan en esta disciplina, con especificación del público al que se dirigen, de acuerdo con las expectativas de la Geografía turística, la función que cumplen, la tipología que las identifica y singulariza, el formato físico en el que se puede consultar y la vida aproximada de cada una de estas fuentes documentales, pues no cabe olvidar que este tipo de información se basa en factores geográficos, que son cambiantes en el tiempo y en los cambios modales de los turistas, a los que algunos estos medios son muy sensibles.
Destaca, desde el punto de vista del formato, la presencia elevada de materiales de soporte informático y multimedia, poco desarrollados en nuestro país hasta el momento presente, pero con unas expectativas de crecimiento muy superiores a los tradicionales formatos impresos o de vídeo, pues presentan características de relación interactiva, más adecuadas para responder a las múltiples necesidades y intereses de los usuarios, los turistas.
Este tipo de material ha de permitir en un futuro próximo la posibilidad de que el usuario contemple el lugar al que va a pasar las vacaciones y decida, en función de la información multimedia, hasta la habitación del hotel que desea.
Como muestra de que en realidad se trata de un futuro muy próximo, conviene señalar que algunas oficinas estatales de turismo ya utilizan el formato CD-ROM en parte de sus actuaciones promocionales, por ejemplo las de Austria o Estados Unidos de Norteamérica. Además del material dirigido a los turistas y que forman la base de la geografía turística, se han incluido materiales que cumplen una función para los técnicos en turismo y que dan soporte a la interpretación del espacio bajo la óptica de la disciplina que nos ocupa.
En la actualidad, los GPS y los existentes satélites nos lo acercan casi todo a la mesa vía ordenador, pero a esto cabe añadir que allá donde estos no llegan aparece la colaboración de los propios turistas o viajeros que comparten sus visitas con el mundo, unas veces de modo altruista y otras bajo un pequeño canon de compensación, (eso dicen).
1. Guías turísticas
Las guías turísticas son el material más conocido que cumple la función de informar y divulgar los recursos turísticos de diferentes espacios.
Existen multitud de variantes y productos que pueden englobarse dentro de la denominación genérica de guías turísticas, pero todas ellas sobresalen por presentar un ámbito territorial como marco de referencia, ya sea un país, una región, una comarca o un itinerario. Al margen de esta primera aproximación al perfil de una guía turística es importante diferenciar entre aquellas que tienen por objeto una descripción general de los recursos del espacio geográfico o aquellas cuya finalidad consiste en centrarse de forma muy evidente en algunos aspectos temáticos del conjunto de recursos; es el caso por ejemplo de guías de artesanía, de arquitectura popular, gastronómicas o de arte.
En el Estado español, las tradicionalmente más características son las de tipo general, tanto locales como estatales, no obstante desde hace unos cinco anos se están empezando a publicar con gran éxito guías de carácter temático, que hacen referencia no tanto al contenido de atractivos sino a la forma de recorrer y percibir el espacio geográfico descrito.
Son las guías para turistas en bicicleta, guías de trekking o guías de carácter ecologista. A pesar de ser minoritarias con respecto a las generales, la tendencia de una cierta especialización de contenidos supera a la ya histórica dicotomía entre valorar todos o parte de los recursos de la zona y se centra en esta alternativa, mucho más dinámica y acorde con las tendencias del turismo. Con una clara vinculación con su contenido, se identifican especializaciones de guías, dirigidas a segmentos muy específicos de población, ya sea segmentos motivacionales, como por ejemplo las guías gastronómicas o las de trekking, ya sea segmentos de edad, como las dirigidas a público juvenil.
Estas últimas presentan unas características específicas en contenido, poco presente en las guías de carácter general y, sobre todo, un lenguaje voluntariamente informal y mucho más acorde con los lectores a los que van dirigidas. A este tipo de guías pertenecen las Trotamundos, Jeans, Naranja, la francesa Routard, o la anglosajona Lonely Planet, que se ha posicionado como una guía para todos los públicos gracias a su calidad.
Finalmente, y dentro de la clasificación de guía, hay que diferenciar las que presentan una estética literaria de tipo periodístico, es decir, claramente subjetivas; en ellas se hace cómplice al lector de las experiencias de los autores del espacio objeto de análisis. A este tipo pertenecen las Insight anglosajonas, son guías motivacionales, muy válidas para "antes" del viaje o incluso para "después", pero muy poco adecuadas para él "durante" por sus características y su poca utilidad práctica a causa del formato poco ágil para una consulta rápida.
Este tipo de guía, que pretende hacer las funciones de un libro de viajes, pero con carácter de guía, tiene un grado de aceptación muy elevado a juzgar por la variedad de formatos y el número de editoriales que lo presentan.
Otro tipo de estética, más acorde con los valores tradicionales que le atribuyen a una guía turística, es decir la practicidad, son aquellas que presentan un formato de carácter descriptivo y objetivo.
Objetividad bastante discutible, porque en definitiva los autores siempre realizan una valoración de los recursos, aunque sea por omisión, pero la utilización de expresiones impersonales y el recurrir a conceptos técnicos de arte o antropológicos invitan a una lectura mucho más objetiva.
Son evidentemente las guías más adecuadas para el "durante" y tienen poco de motivacionales por lo que es difícil utilizarlas "antes" y menos aún "después" de las vacaciones.
A este tipo de guías pertenecen las más tradicionales y famosas, entre las que destaca la francesa Mchelin o la alemana Polyglott y la italiana del Touring Club. La mayoría de ellas ofrece, en su afán de ayudar al lector, una valoración de los destinos turísticos del más diverso ámbito territorial y incluso se proponen rutas consideradas por los autores como las que mejor sintetizan el atractivo de las regimenes.
A pesar del evidente acierto desde un punto de vista funcional, condicionan en gran medida los criterios del lector y futuro turista, especialmente cuando se trata de guías de prestigio como las anteriormente mencionadas.
Como corroboración de esta afirmación, un estudio de detalle permite establecer una cierta correlación entre las valoraciones de las diferentes guías turísticas, pero a menudo, demasiado a menudo, se producen espectaculares contrastes en la valoración de atractivos, debido posiblemente a criterios diversos, que son comprensibles cuando se trata de guías con públicos objetivos diferentes, pero no demasiado cuando las guías son claramente de carácter general.
Existe un tercer tipo de estética de guías, las denominadas guías fotográficas, que pertenecen al bloque de las guías de carácter motivacional, de "antes" de las vacaciones, pero que también tienen una importante función de recuerdo, de souvenir.
El valor de contenido de estas guías es bastante limitado, pero complementan magníficamente a las guías anteriormente descritas, que normalmente adolecen de la presencia de fotografías y recursos gráficos. A pesar de que la inmensa mayoría de guías existentes para consulta del futuro turista o viajero presentan un formato de libro impreso, cada vez va en aumento la comercialización de guías informatizadas, ya sea bajo el aspecto de un compact disk (CD-ROM) o de un programa de información geográfica (SIG).
En ambos casos, la ventaja es que se trata de guías de carácter interactivo, en las que la ordenación de la información no está condicionada por el formato del libro impreso, sino que permite responder a las necesidades particulares de cada lector. La diferencia fundamental entre ambos formatos se centra en la posibilidad de contemplar imágenes en el caso del disco compacto y la interacción de información de base geográfica en el caso de los SIG.
Las Aplicaciones informáticas son otras fuentes para el estudio de la geografía turística.
Los SIG: Sistemas de Información Geográfica.
ING: Instituto Geográfico Nacional.
Lectura e interpretación de mapas: la orientación
La problemática de estos documentos es la necesidad de un soporte de hardware para poder acceder a ellos, necesidad que todavía no está a la mano del gran público dado el costo elevado. Anteriormente se ha hecho referencia a la escasa homogeneidad de las guías, y para ubicar la información que contienen en su justo lugar como fuente documental conviene hacer referencia a sus contenidos, que dista bastante de ser equiparable en todas ellas.
Si de un destino determinado, Palma de Mallorca por ejemplo, se identifican los principales enclaves monumentales y se valoran todos ellos en un conjunto de guías de características diversas los resultados son interesantes y indicativos.
En el ejemplo, las guías escogidas son de carácter general, pero abarcan ámbitos territoriales diferentes, desde las delicadas a Mallorca de forma monográfica, hasta las de España o incluso el Mediterráneo. Es evidente que a priori, las guías de un ámbito amplio simplifican los recursos de la ciudad, escogiendo los más representativos. El problema aparece cuando esta representatividad no es compartida por las guías ni en la presencia, ni en la valoración de los elementos.
La valoración recibida para ciertos monumentos por los grupos de guías, según la cantidad y calidad de la información (Stabler, 1988). Para evitar desviaciones a causa de una guía se han utilizado nueve diferentes, cinco de ámbito insular y cuatro de España, de diferentes fuentes editoriales y publicadas en diferentes idiomas, castellano, francés, inglés, italiano y alemán. La lectura de la figura permite constatar el tratamiento más profuso de algunos atractivos en las guías estatales, especialmente los Baños Árabes y, por el contrario, la valoración más importante que las guías insulares hacían del castillo de Bellver o de la Rambla, que no aparece en ninguna de las guías estatales.
2. Folletos turísticos
El carácter promocional y divulgativo define este tipo de publicaciones que, a diferencia de las guías turísticas, son de más fácil edición y por lo tanto presentan muchas más posibilidades de actualización, que en algunos casos es incluso anual. Este tipo de publicaciones responden o deberían responder, a los planteamientos promocionales definidos en los planes estratégicos. El público objetivo al que van dirigidas estas publicaciones es inequívocamente el público usuario y potencialmente usuario, pero también los intermediarios turísticos, operadores y agentes de viajes.
Dentro del material promocional, y como complemento de los folletos turísticos que son los formatos estrella, cabe remarcar la existencia de carteles y de Cartografía.
Para la Geografía turística se trata de una de las mejores y más extensas fuentes documentales existentes, a causa de lo prolíficos que son en España los organismos públicos encargados de la promoción turística. Entre las comunidades autónomas que más gasto realizan en edición de material promocional destacan Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid y Castilla y León; y entre las que menores esfuerzos realizan en este tipo de material cabe mencionar a La Rioja, Cantabria, Extremadura o Navarra, si bien esta clasificación puede variar de año en año. Se aprecia en ella no obstante una cierta correlación con el tamaño de las comunidades y con la importancia relativa del turismo en el PIB autonómico.
La inversión en folletos turísticos ha sido en parte compensada por la venta del material de mayor calidad y más específico; con ello se tiende a eliminar una de las características más relevantes de los folletos turísticos, su gratuidad, y seguir las líneas de actuación de muchos países europeos, donde los folletos se consideran una mercancía con un precio, aunque este sea simbólico en la mayoría de los casos.
La mayor parte de los folletos turísticos son creados, en España, por las CCAA, de forma directa o indirecta, en colaboración con las diputaciones provinciales, los patronatos de turismo, las comarcas o los municipios, aunque se mantiene una importante labor promocional a nivel de la globalidad del Estado por parte de Turespaña y existen también folletos promocionales editados por las propias empresas turísticas, ya sean hoteles, parques temáticos, camping, casinos, etc.
Uno de los inconvenientes principales de los folletos es su dependencia de unidades administrativas y en consecuencia su escasa circulación con unidades naturales o funcionales.
De la misma manera que en el caso de las guías turísticas y una vez centrados en un ámbito geográfico conviene diferenciar entre los folletos de carácter general que son los que presentan una edición más numerosa, y a menudo en varios idiomas, y aquellos de carácter temático, que generalmente son de mayor calidad formal y de contenido, y que pueden representar unos documentos de un valor destacado.
Especialmente significativos en este aspecto son los de contenido muy puntual, en general vinculados al ámbito natural o a valores antropológicos, y no tanto los de arte o de rutas. Los folletos de carácter general presentan de forma casi unánime información cartográfica con un destacado contenido de las vías de comunicación, ya sean carreteras o calles, y que cumplen una magnífica función como documento de orientación territorial, pues en muchos casos se trata de mapas de una cierta calidad.
El análisis de los folletos temáticos es difícil de realizar a causa de la gran diversidad de contenidos y formatos, pero aquellos que se presentan de forma más recurrente son los que hacen referencia a valores monumentales, a museos, a gastronomía, a recursos naturales, y más recientemente se han incorporado los de artesanías, arquitectura popular y actividades deportivas.
El formato de folleto editado es el más usual y accesible para el gran público, pero conviene indicar la existencia ya mayoritaria de material de vídeo, con unas características promocionales todavía más acusadas y que se utiliza preferentemente con intermediarios turísticos, en ferias, workshops y similares.
Este tipo de material se está utilizando también como material de comunicación en televisión, en agencias de viajes, aviones o barcos. Valorar el contenido de los folletos turístico en relación al de las guías es una práctica interesante para comprobar el grado de disparidad existente entre las diversas fuentes. Si se toma un enclave turístico importante, la ciudad de Valencia por ejemplo, y se contrasta la importancia (Stabler, 1988) que dan a los diversos monumentos guías y folletos, que debe ser un importante elemento de reflexión para ubicar en su justa importancia fuentes con objetivos tan dispares, a pesar de hacer referencia todos ellas a los mismos recursos.
En el análisis se han utilizado guías generales en contenidos y de diversos ámbitos territoriales y la totalidad de folletos generales sobre la ciudad de Valencia, ya sean estos editados por el Ayuntamiento, la Generalitat o incluso Turespaña.
La lectura del gráfico permite identificar una mayor voluntad de los folletos por recoger la totalidad de recursos presentes en la ciudad, mientras que las guías se centran mucho más en los atractivos considerados más relevantes. Un análisis más minucioso aporta información sorprendente sobre el contraste de información en algunos atractivos, por ejemplo la iglesia de los Santos Juanes o la de Nuestra Señora de los Desamparados, que tan sólo figuran en los folletos de una manera anecdótica, y son más valorados por las guías.
Se da también el caso contrario, con el parque Gulliver, Viveros o el edificio del Ayuntamiento, y si en el primer caso cabe achacar esta diferencia a lo relativamente novedoso del atractivo, no puede decirse lo mismo si se trata de un edificio histórico como el del Ayuntamiento.
3. Cartografía
El valor de los mapas como fuente documental es más importante de lo que en principio podría suponerse, pues los mapas, cuando están bien hechos, contienen la información imprescindible para desenvolverse por el territorio, no sólo por las indicaciones de las vías de circulación, sino porque contiene la información sobre los principales atractivos de la región, comarca o ciudad.
Igual que las guías turísticas en épocas pasadas, las principales editoriales productoras de cartografía turística no son españolas, predominando las de origen anglosajón, alemán, suizo y especialmente francés, que son con gran ventaja las que mejor han sabido captar el uso turístico de los mapas.
Cierto es, no obstante, que algunos tipos de mapas, no concebidos en principio para usos turísticos presentan cada vez más valores para algunos tipos de actividad, especialmente para aquellas en los que el conocimiento del territorio en un nivel de detalle elevado es importante; se trata de actividades deportivas, como el senderismo, la bicicleta de montería, el todo-terreno o los itinerarios a caballo, que utilizan como cartografía de referencia los mapas topográficos, que en España son competencia prácticamente exclusiva del Servicio Cartográfico del Ejército y del Instituto Geográfico Nacional, con el complemento editorial de cartografía de gran detalle por parte de ciertas comunidades autónomas.
Las principales tipologías de mapas de uso turístico son las siguientes:
Mapas de carreteras
Son los más comentes y imprescindibles, de escala variable según el ámbito territorial cartografiado, y normalmente entre una escala 11200.000 y 111.000.000. Las características más destacadas son un elevado grado de categorización de las vías de tránsito terrestre, desde autopistas a pistas forestales, pasando por autovías, carreteras nacionales, comarcales y locales, y la presencia de valores numéricos indicando las distancias entre los diversos núcleos de población.
Con todo ello se pretende facilitar la elección del itinerario más adecuado por parte del viajero. A esta información de base se debe añadir otra de tipo turístico, que mediante simbología identifica los atractivos más relevantes del área, monumentos aislados, ciudades monumentales, servicios de acogida, espacios protegidos y, en algunos casos, itinerarios panorámicos por carretera. Las principales publicaciones disponibles en España son las francesas de Michelin y Firestone, las británicas de Bartholomew, las suizas de Hallwag y las españolas de Anaya, Aguilar y Altair.
Mapas-guías turísticos
Son, en esencia, similares a los anteriores, es decir con una información destacada de la red viaria y los recursos del territorio. Su característica diferencial es la utilización más profusa de los recursos pictóricos, de forma que se introducen en el mapa reproducciones a escala de mayor detalle de los valores turísticos considerados relevantes por los autores, con lo que se condiciona en gran medida los itinerarios que el viajero desarrollará.
Cuentan también con un complemento de texto en el que se dan cuenta de forma muy sintética de todos los valores de interés turístico del área, ya sean estos de tipo monumental, festivo o natural. Si el espacio cartografiado lo permite, se incluye un plano de mayor detalle de las poblaciones más importantes o más interesantes, y en algunos casos se presentan itinerarios de forma explícita. La diferencia entre este tipo de publicaciones y los mapas de tipo promocional es el carácter más científico e independiente de los mapas-guías, pues se destaca tan sólo aquello que tiene una cierta relevancia.
Planos de ciudad
Estos mapas presentan una escala de detalle mucho mayor que los dos grupos anteriores (1/10.000 - 1/15.000), pues han de permitir detallar las calles de las ciudades. Aparte de este hecho, los contenidos son similares, con detalle de las infraestructuras viarias y las calles de mayor capacidad de tráfico suficientemente resaltadas. Se localizan todos, o casi todos, los atractivos turísticos convencionales de la ciudad.
Formalmente el plano urbano presenta mapas menores de gran utilidad para el turista que hacen referencia a una ampliación del centro turístico, que normalmente coincide con el centro histórico, a un mapa temático de la red suburbana, en caso de existir, y a un mapa de menor detalle donde se ubica la ciudad en el contexto de su espacio metropolitano o región.
En la Cartografía de las ciudades del Estado español es imprescindible que aparezca, y no siempre se cumple, un directorio de calles que permita su rápida localización, pues de otro modo el mapa pierde gran parte de su funcionalidad.
Obviamente este tipo de información no es necesaria en las ciudades donde las calles se identifican con números, no con nombres, tal como sucede en muchas ciudades americanas.
Recientemente han aparecido en el mercado, planos de ciudad en formato SIG, es decir, informatizados.
Presentan las mismas ventajas y inconvenientes que las guías turísticas en formatos similares, es decir son mucho más interactivos, pero requieren también del soporte de hardware; además son poco utilizables para los turistas, pues una de las características de los planos es que sirven como instrumento de orientación sobre el terreno, ciertamente complicado en un programa informático.
Mapas topográficos
Ya se ha insinuado anteriormente que este tipo de Cartografía es útil en determinados tipos de actividades turísticas, y ello es consecuencia de que los planos topográficos ofrecen una información que ningún otro mapa puede ofrecer, la del relieve.
Mediante una trama de isohipsas (curvas de nivel) se permite una interpretación de las características del terreno, donde es posible identificar de forma matemática las pendientes, las distancias reales o la orientación a seguir en un itinerario.
Lo científico de estos mapas contrasta fuertemente con el carácter más visual de los mapas turísticos convencionales, si bien existen editoriales que se han especializado en la producción cartográfica de mapas topográficos para usos turísticos, consiguiendo una estética similar a la de los mapas turísticos sin perder por ello lo científico.
Las escalas más utilizadas son de 1/25.000 y de 1/50.000.
Mapas temáticos
En este tipo de Cartografía el mapa es tan sólo el soporte donde se expresan contenidos temáticos, que se convierten en el principal valor de información.
Muy entendidos en el mundo anglosajón, han empezado a desarrollarse en la cartografía francesa y española, especialmente en temas de interés monumental y para actividades deportivas. Estos mapas toman como base cartográfica tanto los mapas de carreteras como los planos urbanos y incluso los mapas topográficos y su interés es muy relativo desde el punto de vista estrictamente cartográfico, aunque cumplen con una función divulgadora.
Los mapas temáticos son formalmente los más característicos de los folletos turísticos, especialmente bajo la forma de rutas, ya sean generales o temáticas.
4. Revistas especializadas
Como fuente documental para la geografía turística su valor más interesante es su actualización constante, pues son publicaciones generalmente de periodicidad mensual, con lo que los contenidos son perfectamente actuales y complementan los ofrecidos por las guías turísticas y aún por los folletos turísticos.
La moda de las revistas especializadas en "viajes" es importante en España, con al menos media docena de revistas de ámbito estatal y contenidos similares.
Generalmente hacen referencia a regiones, comarcas, ciudades o rutas de ámbito que no es español, pero en todas ellas aparecen de forma regular artículos menores sobre destinos españoles. El valor de la información ofrecida por las revistas especializadas está a medio camino entre la información y la promoción, y siempre es divulgativo.
Aunque se trata de revistas de editoriales independientes, los artículos que aparecen son en muchos casos el resultado de reportajes de incentivo, y coinciden en gran medida con las campanas promocionales generadas desde los destinos turísticos.
Obviamente esta afirmación no es extensible ni a todas estas publicaciones ni a todos los artículos aparecidos, pero sí debe tenerse en cuenta que el discurso es similar al ofrecido por los folletos turísticos, es decir, se plantean los valores más atractivos y generalmente con un elevado prosaísmo.
Entre las publicaciones internacionales con una gran solera y prestigio destaca el National Geographic, con más de cien años continuados de publicación. Se diferencian dos tipos de publicaciones, las de tipo general cuyo contenido hace referencia a ámbitos territoriales y al conjunto de recursos turísticos que contiene y las de tipo temático, cuyo contenido es especializado ya sea por los medios de transporte propuesto o por sus contenidos.
Entre estas últimas han aparecido con gran fuerza los últimos años las revistas delicadas a la práctica de deportes de riesgo, también llamados de aventura. Además de las publicaciones de editoriales independientes, forman parte de esta categoría de fuentes documentares, las publicaciones regulares de los grandes medios de transporte, especialmente las de Iberia y Renfe, ambas de difícil adquisición fuera de los circuitos internos o del consumo de sus medios de transporte.
Igual que en las fuentes documentares descritas con anterioridad, también a las publicaciones mensuales ha llegado el impacto del mundo audiovisual, y cada vez son más las publicaciones que ofrecen además del texto escrito y de unas magníficas fotografías, vídeos de soporte, que en muchos casos son los promocionales de las CCAA u otros ámbitos geográficos.
La aparición de colecciones de vídeos sin soporte impreso debe considerarse también en este bloque, pues en definitiva se trata de documentales hechos con criterios similares a los de las revistas, si bien presentan como inconveniente un coste de producción superior y por lo tanto un período de reposición mucho más largo que el de las revistas.
Este tipo de material se encuentra en España en una fase todavía incipiente, y contrasta enormemente con ciertos países europeos con una larga tradición emisora en turismo como Alemania, donde es un material muy usual.
5. Reportajes en diarios
Las características de contenido de esta fuente documental son similares a las ofrecidas por las revistas de divulgación, contando con un nivel de actualización incluso superior a éstas, pero una secuencia a menudo indefinida, si bien se va consolidando la aparición de artículos divulgativos de geografía turística en los dominicales de los diarios.
Su función se encuentra entre la información y la promoción, ya que es un recurso comente entre los destinos ofrecer invitaciones a periodistas, que posteriormente actuarán como prescriptores hablando maravillas de los destinos, pues no hay que olvidar que los periódicos son una de las fuentes de divulgación con mayor difusión posible.
Aunque se trata de una práctica corriente, la cantidad de publicaciones delicadas al tema de turismo que los periódicos realizan ha abrigado a la mayoría de ellos a establecer líneas de documentación propias que permiten una mayor objetividad en sus publicaciones.
Debe insistirse en el papel de gran difusión que conlleva este tipo de publicaciones, que pueden condicionar el éxito o fracaso de una comarca en un determinado mercado, por lo que no cabe considerar esta fuente documental como complementaria, sino de gran trascendencia, tanto desde la óptica del marketing como geográfica.
6. Guías de servicios
Fuente documental considerada básica por cuanto recoge datos prácticos de alguno de los servicios que los turistas utilizan. Tradicionalmente son guías con pocas concesiones a la estética, y con gran cantidad de información, que debe actualizarse anualmente, por lo que las editoriales son en la gran mayoría de los casos, públicas, ya sean estatales, autonómicas o incluso locales.
Hoteles y camping
Las más conocidas de estas guías son las de hoteles y campings a nivel estatal, que recogen información sobre las características de cada uno de los establecimientos del Estado español, organizado por provincias, lo que podría considerarse un anacronismo, y por municipios.
De entre la información destaca la presencia de los servicios que ofrece el establecimiento y los precios en temporada, precios que se corresponden con la realidad en pocos casos, pues la dinámica de ofertas en los hoteles es muy variable y las ofertas a precios inferiores, muy comunes. Además de las guías oficiales de hoteles y campings, se editan, esta vez por editoriales privadas, guías de hoteles con clasificaciones que no se corresponden con la oficial, pero que en cambio pueden ser muy adecuadas para los deseos del turista o viajero.
Los elementos ambientales y decorativos, el saber hacer del hotel, la ubicación y entorno o la gastronomía son algunos de estos criterios que permiten en algunos casos afinar con mayor detalle una clasificación de estrellas demasiado aséptica.
A este estilo de guías pertenecen las famosas rojas de Michelin.
Es importante añadir que en muchas de las guías convencionales de turismo existen apartados prácticos donde se hace una selección de los alojamientos de cada uno de los principales destinos, y algunas de estas clasificaciones tampoco son convencionales. La información básica de los alojamientos hoteleros y campings es facilitada también, por guías autonómicas, muy parecidas en formato y contenidos a las guías de Turespaña, y por catálogos de regiones, comarcas y municipios.
Las cadenas hoteleras, y los diversos clubes facilitan listas propias de alojamientos con valores de cohesión que permiten identificar los atractivos y características del establecimiento tan sólo por la cadena a la que pertenece o club que lo recomienda.
Restaurantes
El otro gran tema de servicios turísticos son las guías de restaurantes, que no presentan una tradición editorial tan larga como la de hoteles, puesto que se trata de servicios complementarios para el turismo. No existen guías de ámbito estatal para los restaurantes, pero sí multitud de guías denominadas gastronómicas, que además de los valores turísticos de los enclaves centran su información en los servicios de restauración.
A tal grupo pertenecen la mayoría de las vinculadas con compañías de hidrocarburos, marcas de coches, marcas de neumáticos, etc., es decir, todas vinculadas con el transporte por carretera.
Estas guías, algunas de las cuales han alcanzado un prestigio de primer orden a nivel mundial y cuya clasificación es más valorada que la obsoleta clasificación oficial en "tenedores", permiten, igual que en el caso de los hoteles, valorar los establecimientos por una serie de factores técnicos en sintonía con los deseos de los turistas. Aunque las CCAA no presentan guías exhaustivas de restaurantes, bastantes de ellas recogen los más reconocidos en sus guías de hoteles o incluso en sus folletos turísticos; está afirmación es más cierta cuanto más de detalle sea el ámbito territorial objeto de información; es decir, es mucho más probable que en guías de carácter comarcal o local existan estos listados de restaurantes, a menudo confundidos con listados de bares musicales o bares-restaurantes.
Casas rurales
Recientemente, las CCA-A han desarrollado un nuevo tipo de oferta de alojamiento, los rurales, que no responden a las características de la hotelería, por lo que difícilmente pueden ser incluidos en aquellas guías. Además, se trata de un tipo de oferta que crece de forma exponencial, con el soporte de la Administración pública en todos los casos, por lo que hay un interés en ofrecer esta información como producto independiente.
Las guías de alojamientos rurales, también de aparición anual son editadas por las Administraciones Públicas autonómicas, y las características formares son muy similares a las de las guías de hoteles, con información sobre los servicios, la ubicación y los precios, estos mucho más reales.
Obviamente, existen catálogos de casas rurales editados por regiones o comarcas y tanto éstas como las autonómicas presentan, a veces, una característica singular, que no está presente en todas, que es la posibilidad de contratar el alojamiento mediante una central de reservas, en vez de hacerlo directamente en el alojamiento.
Otros servicios
Finalmente cabe mencionar un cierto tipo de guías de servicios dirigidas a segmentos específicos de turismo, generalmente a segmentos motivacionales.
A este grupo pertenecen todas las guías náuticas, de golf, de turismo de aventura, etc.
En ellas se incluye información sobre las características de los servicios ofrecidos por los diversos ámbitos territoriales para su uso.
Tan variado como su contenido temático Geografía puede ser su origen editorial y su ámbito territorial ya que existen guías de CCAA, de áreas litorales supra e infra-autonómicas, comarcales, editadas por Cámaras de comercio, municipios o entidades privadas.
El conjunto de guías de servicios se presenta en el mercado en formato impreso, pero cada vez es más usual la consulta en bases de datos que los organismos oficiales ofrecen al turista, y el futuro lo marcan los datos ofrecidos en tecnología multimedia, con CD-ROM, donde no sólo se ofrecen los datos de los establecimientos, sino también fotografías de los mismos, de las habitaciones y del entorno en el que están ubicados.
Este tipo de tecnología se está empezando a desarrollar en algunos de los países con mayor tradición en el turismo emisor de calidad, caso de Estados Unidos, Alemania o Austria.
7. Catálogos de operadores turísticos
Este tipo de material técnico incluye las características de los productos que los operadores de turismo comercializan mediante las agencias de viajes minoristas. Cumplen pues una función promocional, y su presencia física más usual es el de folleto con unas características estéticas muy atractivas.
Estos catálogos pueden ser anuales o más comúnmente de temporada.
Se diferencia entre los de tipo general con información sobre los productos de destino y circuitos turísticos y los específicos, con productos dirigidos a segmentos motivacionales o de edad. Estos presentan una gama de posibilidades impresionante, y pueden en algunos casos responder a una especialización del operador, tal es el caso de los llamados circuitos de aventura y de muchos de los dirigidos a público juvenil.
Entre los productos más sofisticados destacan los dirigidos a viajes de fin de curso, o a parejas, no ya de recién casados, sino de divorciados con expectativas de reconciliación. Desde el punto de vista de la geografía turística el interés de estos catálogos se centra en el análisis territorial de los circuitos programados, así como en las actividades y en definitiva la percepción del territorio que los operadores ofrecen a los usuarios turistas de sus productos.
En los catálogos de algunos operadores, especialmente escandinavos, es importante la información ofrecida de tipo convencional de atractivos turísticos, no así en España donde prima el valor de la imagen y de una presentación espectacular, y no tanto los contenidos descriptivos, que en la mayoría de los casos son ridículos.
Algunos operadores, tanto mayoristas como minoristas, ofrecen como elemento adicional de información y motivación vídeos de los destinos propuestos, en los que se muestran los valores y características del producto elegido.
Esta técnica, poco desarrollada en España, es bastante usual en los países ya mencionados anteriormente, que gozan de una larga tradición en turismo.
La mayor o menor fiabilidad del material videográfico dependerá de la calidad del operador turístico.
8. Libros de viajes
La fuente más ancestral de documentación turística, que decayó en los años setenta y ochenta, está viviendo un nuevo renacimiento, pues los lectores, futuros turistas, lejos de leer guías asépticas demandan elementos motivaciones que le permitan decidirse sobre sus próximas vacaciones.
Esta es la causa del éxito de las guías definidas como periodísticas y el motivo por el que muchas editoriales reeditan libros de viajes ya clásicos y favorecen la edición de nuevas experiencias viajeras.
El libro de viajes no sirve como guía turística, pero jamás lo ha pretendido; sus valores son los de recrear atmósferas, reales o fantásticas de los más diversos destinos, que quizás no se adaptan a la realidad, pero sí a lo que el lector quiere leer.
Sus valores para la geografía turística son pues claramente complementarios, pero no se debe olvidar que la información que ofrecen, a menudo de tiempos pretéritos, la recreación de ambientes, no la puede ofrecer ninguna guía actual, por lo que, una vez decidida la validez de la información, puede ser una fuente documental muy interesante, especialmente para aquellos que realizan la labor profesional de guía turístico.
Los libros de viajes presentan por lo general lugares geográficos distantes y exóticos, que son narrados de una forma bastante subjetiva, pero con pinceladas de realidad, especialmente cuando se hace referencia a la descripción de los atractivos.
En el ámbito de España, los libros de viajes más interesantes son aquellos narrados por autores de origen británico o francés que deambularon por nuestras tierras el siglo pasado o la primera mitad del presente. También los autores procedentes de los grandes núcleos urbanos de nuestro país que visitaron parajes rurales y narraron sus experiencias.
Un valor diferente tienen los actuales libros de viaje, producidos por autores contemporáneos que no tienen ese valor de documento histórico, pero presentan en cambio la posibilidad de realizar sobre el terreno vivencias similares a las narradas. Aunque no son libros de viajes, forman parte de este apartado todos aquellos libros de literatura en general que permitan obtener información sobre cualquier ámbito territorial, ello permite incluir un elevado numero de obras entre las que destacan aquellas que se sitúan en territorios concretos o en ambientes muy determinados, como las novelas rurales o las novelas urbanas.
Desde La familia de Pascual Duarte a La ciudad de los prodigios las posibilidades son realmente excepcionales para este tipo de material, que debe considerarse como muy complementario como fuente de documentación para la Geografía turística, pero que puede definir una imagen prototípica de numerosos destinos turísticos, valga como ejemplo el Ulyses para Dublín, Zorba el griego para Creta o Cuentos de la Alhambra para Granada, tres obras formalmente diferentes, pero que han permitido, por lo menos en algunos mercados, un reconocimiento fuertemente estandarizado de estos destinos.
Uno de los ejercicios más gratificantes para los estudiantes de Geografía turística consiste en convertir una obra literaria en una guía turística y analizar y contrastar los espacios marco de aquélla con los ofrecidos por las guías turísticas actuales y comprobar que la diferencia es tan sólo de forma, y que en definitiva en la mayoría de los casos coinciden los atractivos más destacados de las guías con los paisajes de la novela.
9. Estadísticas
Esta fuente documental, igual que las posteriores, no van dirigidas a los usuarios turísticos sino a los técnicos que deben analizar el territorio.
Su función no es pues divulgativa, sino que pretender aportar datos y criterios para comprender la realidad del turismo en los diferentes espacios geográficos.
Las estadísticas permiten definir el uso turístico del territorio (pernoctaciones), el origen de los visitantes, su comportamiento turístico (días de estancia, sedentario o itinerante), la forma de viajar (medio de transporte, paquete o individual), el motivo de viaje (ocio, negocio), el grado de satisfacción de la estancia o la fidelidad a un destino.
Todo ello es imprescindible para realizar un análisis profundo de las características y usos de cualquier territorio, y sin estos datos el conocimiento que se tiene de ese mismo territorio no es sino parcial y insuficiente. La Geografía turística no consiste tan sólo en un conocimiento de los valores atractivos para el turismo, sino que debe conocer qué tipo de turismo utiliza el territorio y cómo se mueve por el espacio del destino.
Las fuentes estadísticas existentes en España o sobre España son muy concretas.
Principales datos turísticos se pueden ver en el Instituto de Estudios Turísticos. Frontur, Familitur y Egatur y los Datos internacionales se obtienen fácilmente en la OMT. (Perspectivas y tendencias futuras a escala mundial).
Las más utilizadas son las de Turespaña, que ofrece datos para el conjunto del Estado español, y en algunos casos para las CCAA y áreas de turismo masivo con estadísticas base que ofrecen una información válida pero limitada.
Lo mismo sucede con las estadísticas internacionales de la OMT (Organización Mundial de Turismo) la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Europeo) o el EUROSTAT (organismo de estadísticas de la Unión Europea), cuyo interés radica en el análisis comparativo entre los diversos países de macrocifras de turismo y economía.
Más interesantes son las estadísticas producidas por la mayoría de CCAA, donde se analizan datos muestrales que hacen referencia a motivaciones y comportamientos de los visitantes y a la estructura organizativa de sus visitas.
La mayoría de las estadísticas tienen carácter anual, si bien existen datos que son ofrecidos a nivel trimestral o mensual. Algunas estadísticas, muy costosas de producir, tienen una secuencia superior al año, pudiéndose realizar cada dos, tres o incluso cuatro años. No obstante, el interés de todas las CCAA de comprender la realidad de los turistas que visitan su territorio hace que cada vez se empleen más medios para ampliar el conocimiento del territorio por parte de estos usuarios.
Los datos de las estadísticas se ofrecen tradicionalmente en formato impreso, pero cada vez son mayores las posibilidades de consulta informática de bases de datos, que como siempre tienen el inconveniente de la accesibilidad, bastante limitada. En este sentido es importante añadir que muchas de las CCAA u organismos que realizan estadísticas las utilizan para uso exclusivo interno, por lo que el acceso a ciertos datos no es todo lo factible que cabría suponen Asociaciones profesionales o gremiales facilitan datos propios que tienen un gran valor informativo, ponderado éste por la importancia de dichas organizaciones.
10. Publicaciones especializadas
Son publicaciones de carácter periódico, ya sean semanales, mensuales o trimestrales que facilitan información y documentación sobre las actividades y proyectos de los diversos destinos; tal es el caso de revistas como Editur, Agenttravel, Spic o Preferente, por indicar las más conocidas, algunas de ellas si aún no se han dejado de publicar puede que lo hagan por causa de la crisis y falta de la publicidad en las mismas.
El formato combina la información noticiable de tipo periodístico con artículos de fondo, donde se analizan las más diversas temáticas vinculadas con el turismo. Aunque muchos de los artículos o noticias no tienen una relación directa con la geografía turística, el conocimiento de ellos hace mejorar la visión de conjunto sobre los diversos destinos, facilitando una lectura funcional del territorio.
Forman parte de este bloque de fuentes documentares las revistas especializadas de carácter técnico, en las que aparecen trabajos de investigación sobre temáticas turísticas diversas. Entre las publicaciones más reconocidas figuran en España, Estudios Turísticos o Papers de Turisme, y entre las extranjeras merecen una valoración destacada la canadiense Teoros, la norteamericana Annals of Tourism Research, o la italiana Política de Turismo.
Este tipo de publicaciones va ligado en gran medida al mundo universitario, por lo que sus artículos ofrecen no sólo análisis monográficos sobre destinos turísticos, sino y muy especialmente son el foro de presentación de nuevas técnicas para el análisis del fenómeno turístico.
Constituyen pues un instrumento imprescindible de actualización conceptual y una fuente de casos de análisis.
11. Estudios territoriales y de impacto
Como documentos monográficos que tienen como base una unidad territorial concreta constituyen una fuente de documentación de gran valor para la comprensión de las características del turismo en ese espacio.
Normalmente se incluyen datos sobre la oferta, sobre la demanda y sobre la modelización de las actividades turísticas, especialmente bajo el aspecto territorial.
Este tipo de análisis que pueden considerarse como tesis no son muy frecuentes todavía en el Estado español, posiblemente por el escaso interés que tradicionalmente ha despertado en el estamento universitario los estudios sobre turismo; no obstante algunas universidades y centros de enseñanza turística han empezado a trabajar en esta línea, destacando entre todos ellos las universidades de Alicante, Sevilla y Lleida, así como el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) o el CETT (Centre d'Estudis Tècnies Turístics).
Menos usuales son aún los estudios de impacto turístico, a pesar de ser imprescindibles en los macroproyectos turísticos.
La escasa tradición en este tipo de estudios, fuera del ámbito estrictamente biológico, hace que se presenten dificultades metodológicas para su correcta evaluación.
Es importante destacar en este sentido la labor realizada por los gestores de espacios protegidos, ya sean parques nacionales o naturales, en el conjunto del Estado español, y que han de servir de pauta metodológica para análisis posteriores.
El interés de los estudios realizados por los espacios protegidos radica en la combinación de objetivos de conservación con los de compatibilización del desarrollo turístico, de cuya combinación se desprende el concepto de desarrollo sostenido, tan en boga hoy en día.
12. Planes estratégicos y de gestión
Este tipo de estudios tan desconocidos en España hasta hace una década se han convertido en piezas de despacho estrella entre los gestores turísticos de las más diversas administraciones.
Este hecho es el resultado del objeto final de este tipo de estudios, que no es otro que marcar las líneas de actuación futura para el desarrollo del turismo.
A partir de unos objetivos, resultado de un diagnóstico previo, se diseñan unas estrategias de actuación y unas tácticas con las que llevarías a buen puerto, que sirven de guía a muchos gestores de turismo. Este tipo de trabajos optimizan los recursos disponibles mediante el análisis de oportunidades y marcan las líneas de política turística y de gestión.
Prácticamente todas las CCAA, además del Estado español, han realizado planes estratégicos, que deben revisarse anualmente y renovarse cada tres a siete años, en función de tos objetivos planteados. Estos documentos aportan a la Geografía turística un análisis mucho más dinámico de la realidad territorial y permiten contrastar los valores turísticos de un área con los de la competencia, ya sea territorial o temática.
Es evidente que este tipo de estudios se consideran de síntesis y incorporan datos de las otras fuentes citadas para técnicos en turismo (estadísticas, publicaciones especializadas y estudios territoriales y de impacto), que sirven para realizar el diagnóstico, pero también para marcar objetivos y estrategias.