viernes, 1 de junio de 2018

NORMAS DE USO de las referencias bibliográficas

Uso de las referencias bibliográficas
ESTE TEXTO FUE editado en la revista del COLEGIO DE DOCTORES Y LICENCIADOS de MADRID.
"Recomendaciones útiles para saber por qué, cuándo, dónde y cómo citar adecuadamente la bibliografía consultada";
GARCÍA-BELLIDO y GARCÍA DE DIEGO, JAVIER (2001 septiembre)

1 . POR QUÉ REFERENCIAR y CITAR LA BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
DIEZ BUENAS RAZONES
El uso correcto de las citas y referencias bibliográficas es un medio de comunicación complementario e imprescindible de todo trabajo científico, divulgativo, periodístico o simple indagación, resumen o pesquisa, por varias razones, diez cuando menos:

1. Y primordial porque nadie ha nacido sabiendo todo lo que en la Historia se ha acumulado del conocimiento de lo que otros han ido sabiendo sobre cada materia; y ese "saber descubrir" se consigue, esencialmente, mediante la lectura constante, siendo de bien nacidos el reconocer quien nos ha transmitido su saber.

2. Permite al lector distinguir y valorar lo que es un trabajo de aportación personal del autor y lo que es un manejo sustentador, crítico y adecuado (o inadecuado) de sus fuentes.

3. Permite al lector, al primer vistazo, reconocer la preparación, cultura o erudición del autor por cómo sabe citar y cuáles son las fuentes de su trabajo (incluso, en el mundo académico-científico, para ver rápidamente si se le cita al propio lector, tal vez un experto reconocido con una docena de publicaciones en esa materia!).

4. Facilita reconocer la bibliografía consultada sobre un tema y, por ende, juzgar las fuentes manejadas, autoridades y actualización de sus comentarios (¡como el último trabajo publicado por el profesor eximio no figure y éste lo vea, (…)  malo!).

5. Evidencia, al usarse sistemáticamente, la honradez intelectual del autor, evitando la sospecha de plagio o la de contener cosas "ya dichas" sin sustentarlas y sin ningún valor innovador ("no adornarse con plumas ajenas", en el doble sentido de “plumas”). O peor aún, permite abrigar la sospecha de que ese autor está plagiando lo que otro ha dicho antes y que al no citarle, aún habiéndole tenido que citar, parece querer ocultarlo pretendiendo apropiarse 'intertextualizada" y vergonzantemente de sus aportaciones: "antes se coge a un mentiroso  (…)”

6. Manifiesta la humildad del autor al reconocer las deudas intelectuales con otros autores que le han precedido en los que se apoya o, incluso, a los que refuta para criticarles, pero siempre con rigor y con­sistencia, si no argumental, al menos bibliográfica.

7. Evita al lector pensar del joven autor que es un "genio precoz", al decir cosas importantes de su "propia cosecha", pero sin saberlo ni el uno ni el otro; salvo que se sea ya un pensador consagrado y reconocido que no precisa fundamentar constantemente lo que su experiencia le permite intuir y sintetizar, porque ya ha demostrado que sabe citar y agradecer sus co­nocimientos en decenas de trabajos anteriores (suele reservarse a los investigadores senior, pero, incluso en ellos, sólo cuando escriben aspectos de síntesis muy generales o divulgadores).

8. La mala o ramplona utilización de las citas (las "citas sin comillas", que dice Eco, 1977: 199) y de las referencias bibliográficas mal hechas evidencia la "frescura" (que no frescor), ignorancia, desparpajo o cinismo del autor; salvo que sea un joven genio, fresco y espontáneo, intuitivo y de imaginación deslumbrante, capaz de redescubrir, sin saberlo, lo que otros autores consagrados han tardado decenios en observar; o salvo que se esté escribiendo poesía y novela, pintando o inventando creativamente formas estéticas sin paternidad directa o evidente, no sometibles a la dura prueba científica de la veracidad/verificabilidad.

9. Las citas y referencias bibliográficas establecen una relación vincular y sutil (un "guiño de colegas") entre el lector y el autor y entre éste y los citados, haciéndole entrar al joven autor, por derecho propio si el uso de ellas es adecuado-, en el mundillo restricto de los iniciados en esa materia, en la llamada comunidad científica.

10. Finalmente, las citas y referencias bibliográficas bien hechas y precisas permiten al que las escribió que, cuando ya han pasado varios meses o años de ese trabajo y se han empezado a olvidar sus detalles, al releerlo de nuevo, se puedan recuperar las fuentes exactas de las que se bebió, proporcionando un exquisito placer intelectual reencontrarse con las páginas anotadas y subrayadas del conocimiento reposado.
Por estas diez razones, saber citar y referenciar bien un trabajo es un signo comunicativo de elegancia y cortesía que el autor le hace, no sólo al autor citado, sino al lector, al considerarle suficientemente inteligente como para darle pistas de lo que sabe y de dónde lo ha aprendido, y reconocerle merecedor de recibir una información completa sobre lo que está leyendo, ganándole para las posiciones o argumentos fundamentados del autor. Así se evita, en caso contrario, que sea displicente o descreído, sospeche con resquemor de lo que está leyendo, por carecer de las referencias necesarias que le permitan percibir claramente lo que de verdad sabe el autor sobre lo que escribe[1]

[He aquí un ejemplo de cita-apoyo por el sistema "llamada-nota al pie" de otro nivel de lectura, del que luego hablo]. Para ello, para evitar malos entendidos, es conveniente ofrecer unas breves y sucintas recomendaciones elementales para todo trabajo "académico", en su sentido más rigoroso (sic), como solía decir ORTEGA Y GASSET [y ahí queda un ejemplo de cita-homenaje un tanto vagorosa (sic, idem) [y otro ejemplo más]]

Pueden discriminarse dos situaciones, normalmente cruzadas, en las que se presenta la necesidad de hacer una referencia o cita con corrección: (a), en el texto y contexto del cuerpo del trabajo; y (b), en el entorno o anejos del mismo.
2. CUÁNDO CITAR LA PROCEDENCIA DE UNA IDEA EN EL TEXTO Y CONTEXTO DEL TRABAJO
Hay sólo una posibilidad de no citar a nadie: cuando lo es­crito es estrictamente original del autor; y tres formas de citar a terceros: de apoyo, en paráfrasis o textualmente.
2.1. Idea original del que escribe
Cuando se escribe algo propio y original o simplemente evidente o conocido no se cita a nadie al final del párrafo, ni en nota al pie, ni se ponen comillas a lo dicho. A sensu contrario, cuando se copia un párrafo o un texto entero o un cuadro o figura o un dato numérico ajeno y no se pone entre comillas, ni referencia alguna a terceros, ni a fuente alguna de la que se hubiera tomado debe entender el lector que lo que se dice es todo elaboración propia del autor, de su propia cosecha, trabajo, esfuerzo, tiempo y creatividad, para bien o para mal[2] .
En las tablas, figuras, gráficos, planos o cuadros que soportan, acompañan o ilustran un trabajo es imprescindible, en cualquier caso, poner en el pie o borde inferior de los mismos: "Fuente: Fulanito de tal (año y pág.)"; o, en su caso: -Fuente: elaboración propia" o el nombre o las iniciales del que lo escribe. Si no se pone nada se supone este mismo origen autóctono y por tanto, la entera responsabilidad, metodología de campo para la obtención y cálculo de todos los números, estadísticas y datos contenidos.
2.2. Referencias de apoyo en otros autores
Se utilizarán para sustentar mejor una opinión o argumentación original y propia del autor, recabando en su auxilio el refuerzo de la autoridad de otros que han dicho algo análogo: o para justificar el cruce de argumentos parciales de varios autores, pero ofreciendo una articulación original del pensamiento precedente de éstos. Lo escrito, entonces, no lleva comillas, porque es auténticamente original de quien lo escribe como suyo, pero fundamenta sus asertos en lo escrito por otros. Entonces, -en el sistema autor-año-, al final de la frase o párrafo en cuestión y seguido, entre paréntesis, se remite al lector a las obras en las que poder hallar estos refuerzos argumentales, e.g. (exempli gratia): (cf:, cfr.:, vid.:, vide: PÉREZ. 1989: 236-7; SMITH, 1987: 123-4).

Lo que quiere significar: 'confero, compárese o confróntese, o vide, véase, entre las obras de PÉREZ, la editada por vez primera en 1989, cuyo título se referencia en la bibliografía final y, en concreto para estas ideas, véanse las páginas 236 hasta 237 de la edición consultada que se menciona; así como también a SMITH, en su trabajo de 1987, referido al final, en sus págs 123 a 124, ambas inclusive'.
Como se ve, es más breve y cómodo escribir lo primero que recitar todo lo segundo: para eso se acuñan las convenciones internacionales de que hablamos.
En las tablas, figuras, gráficos, etc. que nutren/ ilustran un trabajo es imprescindible, en este caso, poner en el pie o borde inferior de los mismos: Fuente: elaboración propia, a partir de datos de (...) ; o con base en (...) ; o cfr.: (...)
2.3. Referencia a ideas ajenas parafraseadas
Para decir resumida o esencialmente lo que otro ha escrito y no tener que repetir textualmente todo lo que aquél dijo el autor hace una paráfrasis o un breve resumen interpretativo y. en cierto modo, subjetivo de 10 que él cree que aquél quiso decir; pero, reconociendo que es suyo lo que escribe y no del autor citado [Paráfrasis: 'Explicación o interpretación amplificativa de un texto para ilustrarlo o hacerlo más claro o inteligible.
2. Traducción en verso en la cual se imita el original, sin verterlo con escrupulosa exactitud', DRAE; de ahí lo de "tradutore, tradittore"]. Para ello lo rehace, 10 parafrasea sin poner entre comillas, tampoco esta vez, aunque orienta al lector para que sepa que no todo es de él (cfr. Eco, 1977: 199-20 1). Entonces se citaría al final del párrafo y entre paréntesis -con el mismo criterio anterior de autor-año-páginas-, pero sin decir "cfr". Simplemente, añadiendo: (...) y dice, con sorna, que en ninguna de las mansiones de Lepe suele haber agua corriente ni electricidad (TAPIA, 1989: 3 1).
Incluso puede combinarse con el supuesto del §2.2, anterior, diciendo, V.g. (verbi gratia): (TAPIA, 1989: 3 1; cfr. GARCíA, 1992: 4); que quiere significar: 'según lo que resumidamente dice TAPIA en su obra publicada el año 1989, referida al final en la bibliografía, en su página 31; y como también menciona GARCÍA, en (...), etc.
Este método encierra algunas cuestiones sutiles que pueden estar bordeando la simple copia, la "intertextualidad" y el mero plagio, situándose en la esfera de la Ley de la Propiedad Intelectual de 1987 y que conviene esclarecer cuanto antes: ¿cuán extensa puede ser la paráfrasis? ¿qué grado de ambigüedad o desviación del texto original es aceptable en una paráfrasis para no ser una simple copia, sino llegar a ser una recreación original?[3]  
Escribirse un artículo de 10 páginas compuesto en 9/10 partes por parafraseos de lo que dice otro autor es tan desmesurado y claramente rayano en la simple copia o "imitación", como el hecho de que se escriba algo entreverado (intertextualizado) que no sea exacta y literalmente 10 que dijera otro, pero que siga su misma línea, giros, argumentos y consideraciones, aunque sin citar la fuente ni entrecomillarlo, cayendo en el fraude conocido como "plagio" ('copia en lo sustancial de obras ajenas. dándolas como propias', DRAE). La prudencia, la honestidad y la transparencia en la ética de las intenciones y acciones es justamente la regla idónea para evitar las desviaciones de lo correcto. En las tablas, figuras, gráficos, etc. que nutren/ilustran un trabajo es absolutamente imprescindible, en este caso, poner en el pie o borde inferior de los mismos: Fuente: adaptación o reelaboración sobre datos de SCHMlDT, 1985, tabla II·5, p. 67.
2.4. Cita o transcripción textual de otros autores
Para no esforzarse, a veces, en resumir lo leído o cuando interesa especialmente la literalidad de la expresión del autor consultado o para resaltar alguna expresión precisa en su contexto adecuado -siempre que a su vez, lo que dice aquel autor de referencia sea original y, además, suyo se debe citar transcribiendo literalmente entre comillas dobles [("(...)" «(...)»)] el párrafo o frase escogida. Por ejemplo (p.ej.):
«-¿Sabes por qué los ricos de Lepe no tienen agua [corriente) ni electricidad en sus mansiones? -No, ¿por qué? -Porque no quieren que en sus residencias haya nada corriente» (TAPIA, 1989: 31; subr. mío/nuestro o cva. mía).
Colocando entre corchetes […. ] todo añadido del citante que no figure en el texto del citado (como aquí con "[corriente]"), así como y en su caso, colocando siempre la sagrada coletilla de respeto y rigor de 'cursiva mía', 'subrayado mío o nuestro' o, en otro caso, "subr. orig.", 'subrayado en el original'.
En las tablas, figuras, gráficos, etc. que nutren/ilustran un trabajo es absolutamente imprescindible, en este caso, poner en el pie o borde inferior de los mismos, e.g.: Fuente: SCHMIDT, 1985, tabla II·5, p. 67.
3. DÓNDE REFERENCIAR LA BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Y CITADA
El dónde se refiere a si las citas y referencias bibliográficas se insertan "en nota a pie de página" (o en notas todas juntas y seguidas al final del texto) o/yen un apéndice expreso para la bibliografía. A estas dos formas por su situación y relación se las conoce como "sistema cita-nota" y "sistema autor-año" (cfr.: ECO, 1971: 204-14).
La forma más perfeccionada, moderna, ágil y correcta, es la de la secuencia "autor-año-página", la utilizada en todos los ejemplos anteriores (cfr. las razones que se ofrecen en idem: 209-14). No obstante, las notas a pie de página permiten y requieren ser usadas con otro interés adicional: como lugar para insertar un segundo nivel de lectura del texto principal.
3.1. Las dos utilizaciones de las notas a pie de página
     3.1.1. Nota al pie como sistema "cita-nota" de referencias bibliográficas
Consiste en llevar todas las referencias de procedencia bibliográfica a una nota al pie de la página, mediante llamadas entre paréntesis [como aquí se ha hecho] ordinalmente numeradas en el texto [ahora ya lo hace el ordenador], de manera que el cuerpo central del texto quede exento de detalles secundarios que desvíen la atención de su lectura. Incluso las notas al pie suelen llevar también las citas textuales, como complemento externo de refuerzo de la argumentación central del discurso. Si son pocas las notas se pueden llamar mediante asterisco u otro signo, incluso, numeradas aisladamente por cada página, a condición de insertarse debajo, no al final del texto, claro.
Este sistema empieza a crear dificultades cuando las citas y referencias son numerosas, porque las notas se acumulan al pie para recoger todo el aparato bibliográfico y las repeticiones y reenvíos, suscitando problemas de excesivo consumo de espacios (doble blanco-pleca-blancos) en la caja de cada página y resultando espacialmente muy costosa su impresión (cosa que el editor procurará evitar). Por tanto, se suele utilizar sólo en casos muy concretos en los que el aparato bibliográfico de apoyo es notablemente reducido y. en términos relativos, el artículo sea breve, divulgativo y no posea más de media docena de citas de este género.
Si fuese extenso, la cita completa se referenciará mucho mejor por el sistema autor-año, utilizado ut supra (aquí encima) en Apartado 2 e indicado ut infra (aquí debajo) en §3.2.
En un trabajo relativamente extenso debe evitarse de todo punto el recurso a este aparatoso procedimiento de la llamada nota-cita, por las razones expuestas por Eco (1977: 204-12).
Lo que debe evitarse siempre, por asistemático y complejo modo de crear convenciones suplementarias, es el citar en nota al pie de página al nombre del autor y el comienzo del título de la obra o sus abreviaturas seguido de puntos suspensivos, aunque sea muy útil para quien ya sabe de qué obra se está ha­blando y le sirve de recordatorio, p. ej.: (-) Vide ALVAREZ, «Una aproximación (...) », op. cit. pág. 54.   (-) Cfr. ALVAREZ, UABC, op. cit. p. 54.
Exigiéndose saber de memoria o consultar una lista al final de abreviaturas para saber que las siglas "UABC", se refieren, p. ej. a "Una Aproximación al Barroco Cordobés". Sólo a los clásicos se les depara el honor de citar sus obras con las siglas, acrónimos o abreviaturas de las mismas y el número de sus versos, párrafos o líneas (como Homero, La Biblia, Platón, Aristóteles, Kant, Cerdá y gentes así con obras muy consagradas).
El recurso, –(demasiado habitual cuando se escribe precipitadamente y sin esmero), de llevar a nota al pie de página la referencia para decir sólo "Op. cit., págs 12-24", es ambiguo y, en términos generales, nada recomendable además de descortés para el lector, ya que le obliga a rebuscar en todas las notas anteriores para comprobar a qué obra, editorial y año del autor de los antes citados se quiere referir ahora la citita (...). En su caso, cuando se repita una referencia, el decir “op. cit. " (opus citata, 'obra citada') exige decir también dónde se ha citado antes, en qué "loc. cit", (loco citato, 'en el lugar citado'), en qué nota de ese mismo trabajo[4].

A veces, cuando las citas son muy seguidas y referidas al mismo autor y libro con este sistema se producen pies de página que los editores odian encarecidamente por ser carísimo y despilfarrador llenar media página de espacios en blanco con un pie de una sola columna compuesta así, por ejem.: (5) Op. cit. p. 34. (6) Op. cit. p. 37. (7) Op. cit. p. 39. (8) Op. cit. p. 43.
Cuando, como ocurre generalmente con este sistema, al final del trabajo no se suele recoger un listado bibliográfico de los autores citados, la tortura de buscar las obras interesadas por todas las notas o de tener que leerse los pies para conocer el manojo de autores consultados en dicho trabajo es un verdadero suplicio.
3.1.2. Nota al pie para ofrecer un segundo nivel de lectura
Por lo expuesto en el párrafo anterior, el uso de las notas al pie debe reducirse a su estricta finalidad de aportar una información complementaria relativamente extensa y justificada, un giro auxiliar, un aspecto derivado, un comentario colateral al hilo del discurso, pero fuera de él, una aclaración o agradecimiento, etc.; en suma, una digresión para un segundo nivel de la lectura que no conviene insertar en el contexto; nunca destinarla sólo a ser receptora de llamadas exclusivamente de procedencia de citas, autores, obras y páginas, que pueden y deben ir en el propio texto y en su contexto adecuado por el sistema "autor-año".
3.2. Sistema de cita por "autor-año-pagina"
Ha sido el ejemplificado en todo el Apartado 2, por lo que se remite al mismo (vide ut passim, 'véase por todo este escrito'). Este sistema de autor-año-página en el propio contexto del trabajo exige, de modo inexcusable y en términos absolutos, su necesario complemento o apoyo en el apéndice bibliográfico al final del trabajo.
Véase antes, por ende, cómo confeccionar el apéndice bibliográfico que siempre debe hacerse y, además, llevarlo al final del trabajo o libro.
3.3. Apéndice bibliográfico
En este necesario anexo, resumen, repertorio o referenciación bibliográfica SOLO DEBEN INVENTARIARSE LAS OBRAS CITADAS EN EL TEXTO y nunca aquéllas que no aparecen citadas en ningún momento, aunque hayan sido consultadas y leídas. Si no merece referirse a ellas es porque no ofrecen nada de interés para nuestro trabajo.
Hacer otra cosa es despistar o engañar al lector, ya que, (por esa misma regla), siempre se podría recoger, para rellenar cualquier bibliografía, El Quijote, La Biblia, los libros de texto de nuestra infancia de la carrera, etc., etc., lecturas que siempre nos formaron e instruyeron, pero que no tiene sentido alguno recuperarlas del olvido.
Las referencias bibliográficas se componen de varios elementos y variantes. Como EJEMPLO o MODELO GENERAL para lo que sigue, téngase presente un caso cualquiera, relativamente rico, de un libro ya clásico y del cual se derivarían, por simplificación, los supuestos más sencillos. i.e. (id est, 'esto es'):
CHORLEY, Richard J., & HAGGETI, Peter (eds./compil., 1967a): Models in Geography, Methuen & Co Ltd., Londres: 2. edic. bolsillo: Vol. I, Socio·Economic Models in Geograpby (Partes I y III), Open University Set Book, 1968: Vol. II, Integrated Models in Geography (Parte IV), University Paperbacks, 1970, ambas de Methuen & Co Ltd., Londres: vers. esp. Vol I. FERRÁN ALFARO, C. et alii: La Geografía y los modelos socio-económicos, Col. "Nuevo Urbanismo",  Nº 2. IEAL (INAP), Madrid, 1971 [paginación citas a la 2. ed. ingl. (o a la verso cast.)]
-(1961b): «Models, Paradigms and the New Geography», en Idem (compil. 1967a), Vol. I: 19-41 (también en Vol. II: 19· 41) (edic. cast. Cap. I: 7-43).
HAMILTON. F.E. Jan (1967): «Models of Industrial Location» en q. v CHORLEY & HAGGEfT (eds., 1 967a), Vol. I: 361-424: ed. cast. Cap. VI: 297-384.
Antes de proceder a explicarlo y para poder acabar por hacerlo, veamos cómo generalizar el ejemplo, desmenuzándolo en todos sus componentes y variantes: autores, años edición libros, artículos, paginación, editorial, lugar y traducciones.
3.3.1. Autor(es)
(a) Criterio general: se recogerán y clasificarán en riguroso orden alfabético de apellidos escritos en caja alta (mayúsculas), VERSALES o VERSALITAS (mejor esto último, por ser de un cuerpo menor), seguidos de su nombre propio (siempre en caja baja o minúsculas para diferenciarlos) y otros apellidos., según ellos mismos se identifiquen en sus publicaciones. Cuando el mismo autor o autores tienen otra obra consultada, la economía bibliográfica aconseja sustituir los nombres por un guión largo (equivalente al sangrado del margen, ver ej. anterior)
(b) Varios co-autores de un mismo trabajo [y el nombre del o los traductores, ¡no olvidarlos nunca! porque son los verdaderos autores formalmente en nuestra lengua], no más de dos o tres, se pondrán seguidos en el mismo orden con el que ellos lo hayan hecho; debiendo interponer entre sus nombres y apellidos el signo & correspondiente al et latino caligráfico [que no es exclusivo del and inglés, como algunos listillos dirán enseguida, aunque ellos lo usen mucho!], para evitar que la y pueda convertirles a los dos en uno sólo por unión de sus apellidos: "Hernández y Fernández", como "Ramón y Cajal" u "Ortega y Gasset" no es en absoluto lo mismo que "Hernández & Fernández" o que "Ramón & Cajal" y Ortega & Gasset que suman seis autores en lugar de tres!; Y citándose les en el texto siempre por el nombre del primero, seguido de "et al." (sing. et alius o et alter, et alii; plur.: et alia)
(c) Compilador: si la obra es una colección o conjunto de trabajos o un libro con capítulos de varios autores, cada uno firmando el suyo, generalmente hay un "compilador" que figurará como talo como "al cuidado de (...)", "coordinador", etc.[5], que será el que figurará en el listado como "(compil.)", entre paréntesis.
(d) Diccionarios, actas de congresos, organismos, etc., figurarán como autores por la sigla de su título (DRAE, DCEH, DCS), si son muy conocidos, y con este primero y su título completo después; o por el nombre abreviado de las actas del congreso (ACTAS VI CONGRESO ARQ. e I DE URBANISMO, etc.); o, si se refieren a una publicación como libro, sin compilador, ni autores identificables, mediante las siglas o acrónimo del organismo (UNESCO. ICONA, INE, RENFE, MOPT, CSIC, CIS, UCIIIM. UCM, UAM, etc.).
(e) AAVV: sólo en caso de que no haya tal compilador, ni organismo, instituto, centro o fundación específicos que hayan dirigido su edición y cuyos nombres figurarían como autores como último y feo extremo, la obra se podrá poner en VVAA o AAVV (autores varios), mentando a algunos o a ninguno, según su número. Será preferible referenciarlo como se dice en el párrafo (b), por el primer autor seguido de: ..... et al".
(f) Anónimo: indíquese, o el pseudónimo con el que el autor se identifique, que se pondrá entre dobles comillas o la aclaración de (seudo), entre paréntesis, p. ej.: "CLARÍN» o CLARíN (seudo., 1884): La Regenta, etc.
3.3.2. Años de la primera edición y de la consultada
(a) Primera publicación: tras el autor siempre debe ir, entre paréntesis, el año de la primera edición publicada o del manuscrito conocido, si éste no se ha publicado en vida del autor; ver, p. ej., el más reciente libro de un clásico, Cerdú, a partir de cinco de sus manuscritos recientemente hallados: CERDA, Ildefonso (1859): Teoría de la Construcción de las Ciudades [TCCJ, dos vols. manuscritos (1. Parte, Analítica;  II. Parte, Sintética) y atlas, 1ª." ed. en Cerdá y Barcelona, vol. I, INAP y Ayt°. Barcelona, Madrid, 1991.
-(1861): Teoría de la Viabilidad Urbana y Reforma de la de Madrid [TVU], dos vols. manuscritos y atlas con 17 planos, 1ª ed. en Cerdá y Madrid, vol II, INAP y Ayt°. de Madrid. Madrid 1991.

[OJO: las cifras de los años históricos se escriben sin el punto de los miles, i.e.:-1991 ó 1991 a.C. y ¡¡ NUNCA 1.991 !!; pero, eso sí, desde entonces han transcurrido 3.981 años, con el punto de miles ojo con la coma y el punto norteamericanos (23,456, por 23.456 y 0.34 por 0,34, que están mal, ignorantes del Sistema Métrico Internacional!]
Sí en el mismo año, el (los) mismo(s) autor(es) han publicado otra(s) obra(s) se ordenan según su aparición (si se sabe; si no, no importa el orden) mediante letras: HERNÁNDEZ & FERNÁNDEZ (1992a): etc. __(l992b): etc. __(I992c): etc.
Cuando la fecha de la primera publicación es la única edición, no debe repetirse la misma fecha al final después del lugar del editor, por redundante (vide ut infra §3.3.5.b, in fine).
(b) Segundas ediciones: después del título del libro o artículo, debe señalarse el nº de la edición consultada (no confundir con reimpresión, que llevará la misma paginación que la de que procede y que los libros españoles generalmente no distinguen); la fecha de esta edición consultada figurará inmediatamente después del lugar de edición de la misma, al final de la referencia, y será a la que, como norma, se referirán las citas del texto del Aptdº 2 y §§3.1 y 3.2 (vide los ejemplos anteriores de CERDÁ, 1859, en "Madrid, 1991"  y de CHORLEY & HAOOETT.,1967a. Vol. 1, en paperback en "Londres, 1968" y su traducción en "Madrid, 1971").
Cuando la obra es resultado de sucesivas ediciones con ampliaciones reformas, complementos, etc. deben ponerse los años primero y último de su elaboración, además de la edición manejada al final: "(1967-83)" indicaría que el autor ha publicado por vez primera y reelaborado esa obra entre esos dos años.
3.3.3  Libros
a. Criterio general: Los libros se identificarán porque su título va siempre en cursivas o itálicas o subrayado (actualmente en desuso. al sustituirse la máquina de escribir por el ordenador!) o, mejor aún. En “negrita” y siempre en caja baja (minúsculas): Título o título. Y NUNCA ENTRECOMILLADO (!!) (cfr. Eco. 1977: 89).
No es preciso poner el número total de páginas de un libro, aunque algunos autores lo ponen, como orientación del tamaño del mismo; es más propio de RECENSIONES de libros, junto con su formato. ISBN y precio. En su caso, se señalaría al final con "pp." o "nº págs.": HERNÁNDEZ & FERNÁNDEZ (1990): Las andanzas de Tuntún en el Palo. Ed. Juventud, 1992; 176 pp. ISBN: 84-261-0178-8. Precio: 6,5 Euros.
b. Cuáles son: se considerarán como tales los volúmenes, tomos o unidades independientes de toda publicación (o sea, con número de ISBN propio), incluso cada uno de los de una  serie de varios tomos o números de una colección (vide ej. CHORLEY, HAGGETT y CERDÁ), con tal de que lleven títulos diferentes; así como los volúmenes y títulos de las revistas periódicas ( CyTET, RDU, REDA. TPR) los diarios o semanarios periódicos (El país, La Codorniz. Abc. Frankfurter Algemeine Zeitung, the times).
c. Jornadas actas, congresos: es el único caso en que el título de éstas coincide con el de autor (vide ut supra §3.3.1.d)
3.3.4. Artículos de revistas
(a) Criterio general: van siempre referidos con su título completo ENTRE COMILLAS dobles (dejando las comillas sencillas, nunca cursiva, a lo que el autor quiera distinguir), seguido del nombre completo o siglas o abreviaciones del título de la revista y el número del volumen (uno por año), ambos en negritas o cvas (como se ha dicho para los libros), o/y el del número correlativo de ese año, la paginación completa y el lugar de edición: CEBREIRO & AMARINHO & TEXEIRO (1990): «Una aproximación a la influencia barroca tardía de la 'Erklärung' en Porrinho», Rev. Est. Gal-Port., 25, 3/90: 34-42, Santiago.
Que nos referencia un artículo publicado, p.ej., en la 'Revista de Estudios Galaico-portugueses' [o REGPJ, volumen 25. número 3 de 1990, páginas 34 a 42, (añadiendo, sólo si no es muy conocida) que se edita en Santiago de Compostela'. Como se ve Erkläirung va entre comillas simples '(...),' para no competir con las dobles "(...)" o «(…)», del propio título. No olvidar la paginación completa: es muy mala costumbre poner sólo la primera página seguido de: "ss.", 'y siguientes' (aunque peor es no poner ni eso!), ya que muestra que ni siquiera se ha tenido el artículo entre los dedos y que se cita apresuradamente o de "segunda mano" o de oídas)
(b) Capítulos de un libro, o de un reading o selección compilación de artículos anteriores, igual que si fuese un artículo de revista, pero interponiendo "en" al referir el compilador o título del libro: CEBREIRO & AMARINHO & TEXEIRO (1990): «Una aproximación a la influencia barroca tardía de la 'Erklärung' en Porrinho" en PINHEIRO, 1990: 123-134. Cuando se vaya a buscar PINHEIRO, 1990, en la bibliografía al final, se hallara: PINHEIRO y CUNQUEIRO, Pedro, compil. (1990): Estudios sobre la Ilustración galaico-portuguesa en la cuenca del Minho. 2.' ed., Alvarinho, Lugo. 1993.
También se pueden poner las referenciaciones de los artículos de CHORLEY & HAGGEIT, 1967b, y de Jan F.E. HAMILTON, 1967, ambos recogidos en la obra q.v. (qui vocatur, 'aquí mismo mencionada') de CHORLEY & HAGGEIT, 1967a: HAMILTON, F.E. Jan (1967): «Models of Industrial Location», en q. v. CHORLEY & HAGGETT (eds., I967a), Vol. I: 361-424; ed. cast. Cap. VI: 297-384.
3.3.5. Editoriales y lugar de las ediciones
(a) Editor: ¡No olvidarlo nunca!
Es una triste manía, desgraciadamente muy frecuente en autores precipitados, nerviosos o tacaños, el olvidarse de las editoriales en las referencias bibliográficas; porque si se quiere adquirir el libro, el librero se vuelve loco mirando el ISBN con esa letra minúscula que tiene; si además no se pone el año, es casi imposible (cfr.: Eco, 1977: 89-90)
Si la editora de la primera edición y la consultada difieren, mejor ponerlas ambas. No es necesario poner delante del nombre de la editorial la abreviatura “ed.” de 'editorial', porque suelen llevarlo en el mismo o son siempre más o menos conocidas, así como porque debe reservarse "ed." o "edic." para el número de la edición consultada. Y siempre también señalar la editora de la traducción, en su caso. En las revistas no es preciso poner la editorial ni el lugar, si han hecho prestigio por sí solas, aunque nada le molesta al que no lo sepa. En nuestro primer ejemplo teníamos una sola editora inglesa para la primera edición completa y cara [en hard back de Methuen& amp; Co Ltd.] y otras dos editoras para sendas ediciones de bolsillo descomponiendo en dos volúmenes más bara­tos el único inicial [en paper back del Vol. 1 en la Open University Set Book y del Vol. II en la University Paperbacks del grupo Metheuen ambas, en este caso], así como la de la traducción española [Instituto de Estudios de Administración Local (hoy Instituto Nacional de Administración Pública)] con el nombre del traductor (FERRÁN ALFARO, C. et alii] como responsables de la calidad de esta edición española.
Resumiendo, podemos repetir su referencia: CHORLEY, Richard J, & HAGGETT, Peter (eds. /compil., 1967a): Models in Geography, Methuen & Co Ltd., Londres; 2." edic. bolsillo: Vol. I, Socio-Economic Models in Geography (Partes I y III), Open University Set Book, 1968; Vol. II, Integrated Models in Geography (Parte IV), University Paperbacks, 1970, ambas de Methuen & Co Ltd., Londres; vers. esp. Vol. I, FERRÁN ALFARO, C. et alii:: La Geografía y los modelos socio-económicos, Col. "Nuevo Urbanismo", n... 2. IEAL (INAP), Madrid, 1971 [paginación citas a la 2ª ed. ingl. (o a la vers. cast)]
(b) Lugar. El lugar de residencia de la editorial es conveniente ponerlo cuando es claro y ayuda para situar el libro; aunque hoy día con editoriales transnacionales es inútil y, por ende superfluo, (cfr. ibidem, loc. cit.). Después del lugar se pone al año de la edición consultada, sólo si ésta no coincide con la primera, como se dice en §3.3..2.a, in fine.
Es de buen gusto, al principio o al final del trabajo y antes o después (generalmente esto) del apéndice de referencias bibliográficas hacer una listilla de las abreviaturas, siglas y acrónimos usados tanto en el trabajo como en la bibliografía misma y tanto en el trabajo de organismos, centros, empresas, archivos o museos, como de revistas, congresos, diccionarios, colecciones, siglas econométricas, leyes, normas. etc., a no ser que sea muy corrientes en ese campo (IVA, IRPF, IPC, RENFE, SNCF, UK, OTAN, UE, LPA. etc.)
¡OJO! No todos los lectores están en el ajo de lo que se escribe.
a) Cuerpo: es muy de agradecer que las citas en el texto, las notas a pie y las referencias bibliográficas  del apéndice vayan en un cuerpo de uno o dos puntos de cícero menor que el del texto principal y a simple espacio interlineado, para destacárselo visualmente al lector y, si acaso, facilitarle el saltárselo, por no interesar en un primer nivel de lectura; la bibliografía extensa de otro modo sería larguísima. Los nombres de autores (cfr. passim, por todo lo escrito, y como ya se ha dicho en §3.3.1.b) conviene que vayan en VERSALES o VERSALITAS, para que el lector erudito, al primer vistazo, se pueda ver casual y oportunamente citado, así como (y más en serio) para facilitar luego, en todo libro riguroso, la elaboración del índice de autores citados (buena costumbre foránea, muy poco practicada en este país en que se escribe tanto y tan deprisa).
(b) Composición y sangrado de las citas: con el ordenador actualmente ya se puede confeccionar o diseñar un texto dejándolo tal cual disponible para imprenta[6] (6).
Es necesario insertar las citas, cuando son algo extensas, sangrando el texto y en cuerpo menor (passim, como se hace en todos los ejemplos de este opúsculo). Cuando sea una breve frase puede insertarse entre la frase del autor que la cita, pero siempre y en todo caso entre comillas; p. e.: “(...) pero, como enfatiza GARCIA (1992: 4-5), esta característica sólo se observa en que ninguno de «los ricos de Lepe tienen agua [corriente] (sic) ni electricidad en sus mansiones (...) porque no quieren tener nada corriente» (TAPIA, 1989: 31, cvas. o subr. de GARCÍA), mostrando lo ingenuo de esta transcripción que pretende explicarnos como si el lector fuese un lépero (el juego estúpido de palabras del bobalicón chiste, machacando la polisemia del mismo al intercalar, entre corchetes, la solución) sorpresa, base del chiste."
(c) Primera y segundas manos: cuando la cita es de "primera fuente", es decir, leída directamente del texto del autor citado, basta con poner su nombre, año y páginas como antes se ha dicho (vide ut supra §2.4). Cuando la cita es de "segundas fuentes", es decir. cuando se toma de un autor que cita textual o contextualmente a otro, se debe aclarar este extremo, siempre, con la referencia a: "cit. en", 'citado en' o 'citado por': (TAPIA, 1989: 31, cit. en GARCIA, 1992: 5 y 13); sin olvidar advertir siempre que si lleva subrayado o cursivas o itálicas hay que señalar de quién proceden, si del original ("cvas. orig.") o del citador ("subr./cvas. mías", ver ut supra §2.4).
(d) Cita dentro de cita: poner dobles comillas para la primera cita y comillas sencillas en la interior (cfr. EL País, 1977: §2.23; vide ut supra §c): El ingenuo de GARCÍA decía que: « (...) esta característica sólo se observa en que 'los ricos de Lepe no tienen agua [corriente] (sic) ni electricidad en sus mansiones (...) porque no quieren tener nada corriente'" (TAPIA, 1989: 31, cit. en y subr. por GARCÍA, 1992: 13)"
(e) Paginación de las citas: su expresión puede ser: "(1992, pág. 123)", plural "(págs. 123-124)"; o también: «(1992, p. 123)", plur. "(pp. 123-124)"; o, simplemente, (como máxima economía y especialmente utilizada, cada vez más, en la bibliografía internacional), con dos puntos tras el año y sin repetir el número común de las cifras de la paginación: (FLANEZ & ZUANEZ, 1992: 123)", plural “(Ibidem, 1992: 123-4)”
Si la referenciación no es a páginas, sino a párrafos o parágrafos, versos o versículos (entre dos calderones, ¶, o puntos y aparte), así como apartados o epígrafes, y éstos, como en los clásicos, van numerados por igual en todas sus ediciones, la cita se hace poniendo el signo §, como así he venido autorreferenciando al propio texto: (cfr.: CERDA, TCC, §35)  

BIBLIOGRAFIA CITADA (la de verdad. no la inventada)
ECO, Umberto (1977): Come se fa una tesi di laurea, Tascabili Bompiani (sil); verso casto L. BARANDA & A. CLAVERÍA IBÁÑEZ: como se hace una tesis. Técnicas de procedimientos de estudio, investigación y escritura, 3ª ed., Gedisa, Barcelona-Buenos Aires, 1982.
EL PAIS (1917-90); Libro de Estilo, 6.' ed., El País, Madrid, 1990.
TAPIA RODRIGUEZ, Javier (1989): Chistes de Lepe, Edicomunicación, Barcelona.  

Apéndices a este opúsculo
Algunas abreviaturas corrientes en latín usadas para citar (los latinajos y otras lenguas suelen ponerse en cursivas o itálicas)
al., … et al-et alius. '... y otro más', et alter, y de un segundo (de dos autores), et alii, 'ya otro más'; plur. et alia, "y por otros más (de varios autores).
cf.:, cfr.:-confertor o conferimini (de confero, contuli, Conlatum, 'llevar; dirigirse a; comparar, imputar, hacer recaer'), 'confróntese o comparad con', 'impútese o atribúyase a'. reenvío de apoyo argumental o procedencia de una paráfrasis o resumen de autor".
..-&. – et = logo. Contracción o símbolo caligráfico del lat. et (et)=  (y) (no se crea que es and porque los ingleses lo usen mucho, ya que su conjunción, como la alemana und, es muy larga. usando éstos abreviadamente u.) Por ello etcetera se puede escribir &c.
Idem = 'el mismo', el autor recién citado y no otro, aunque puede ser otra obra suya.
Ibídem= 'el mismo lugar', el mismo autor citado antes y en la misma obra y página dichas o en la página que se diga, pero siempre de la misma obra.
Inter alia = 'entre otros más', entre otros varios autores más que tratan este tema, se cita a uno o dos solamente; también per alia, a todos los demás' citase sólo a (....)
Loc. cit., 'en el lugar y sitio citado', en la misma página o pasaje preciso que se acaba de citar de la misma obra: loc. cit. operis. cit., 'en el lugar citado de la obra citada,  como ibidem
op. cit•.-opus citata,= 'obra citada' antes del mismo autor (op. cit. ut supra)
pas., passim =-'por todas partes, por doquier, indistintamente', usado o referenciado a lo largo de toda la obra, en la propia o en la citada y ajena.
q.v.-quid videtur o quid vocatur; = 'el cual ha sido ya visto/nombrado', 'obra ya citada en esta bibliografía' , en especial cuando se remite un artículo de un autor a un libro de otro autor o del propio compilador que ya ha sido referenciado bajo el nombre de uno de éstos.
(sic) = 'así, de este modo', también sicut, 'como, tal cual, de este modo', 'transcríbase o léase literalmente así, a veces indicando un error, errata o argumento discutible, incluso disparatado, sobre el que se quiere llamar la atención (cfr.: EL País, 1977: 364; tb. Eco, 1977: 243).
Ut supra = 'aquí encima' , antes, arriba; ut supra dictum est, 'como se ha dicho más arriba', remisión a alguna página, párrafo, apartado o capítulo precedente del propio trabajo.
ut infra =-'aquí abajo' , después, debajo, más abajo; ut infra dictum est, 'como se ha dicho más abajo' , remisión a alguna página, párrafo, apartado o capítulo subsiguiente del propio trabajo.
vid:-vide= (de video, 'ver, encontrar; concebir, comprender; examinar'), véase, examínese, compruébese, etc., con similar significado que cfr.


Addenda. Esto es sólo para los que no recuerden el Sistema Métrico Decimal y sus unidades de medida

En España se suele estudiar mal, tanto en la ESO como en el Bachillerato el SIMD , por lo tanto se terminan aprendiendo mal las unidades del Sistema Internacional Métrico Decimal y, en la Universidad, se dice que ya se han olvidado, siendo frecuente, que no sólo entre gentes incultas, sino entre profesionales universitarios, periódicos, letreros públicos, anuncios y en la propia Administración, encontrar que se escriben habitualmente mal los símbolos, abreviaturas, unidades métricas y otras unidades de muy frecuente uso.
Un elemental recordatorio para los que ya se hayan olvidado de ello:
Regla universal: los símbolos, como son universales para que los entiendan en todos los idiomas, no llevan nunca ni la s española de plural (y símbolo de la unidad de tiempo, segundo), ni son abreviaturas que requieran un punto detrás para identificarlos como abreviación.
Son símbolos plenos, como el O del oxígeno (nadie entendería que fuera Ox. u Oxig.) el Fe del hierro o el Hg del mercurio o el Na del sodio.
Tampoco aceptan que se cambien si van en un título en mayúsculas, porque no es lo mismo un m que un M: van como son siempre, tanto para el singular como para el plural (las lenguas en que el plural no es con -s, como el alemán con -n y el italiano con -i, escribir la muy española abreviación plural de ms. o Kms. sería incomprensible!) e incluso sin cambiar nada aunque vayan entre frases escritas en letras mayúsculas, como por ejemplo: "ATENCION A 200 m DESVIO" (y nunca: "ATENCION A 200 M DESVIO")
SÍMIBOLOS DE UNIDADES DE LONGITUD:
milímetros: mm [O. 001 m; nunca m/m, ni mms, ni mm.]
centímetros: cm [0.01 m; nunca cms, ni cmts, ni cm., ni tampoco CM
decímetro: dm [0, 1 m]
metros: m [nunca m., ni ms, ni mts, ni mtrs, ni M (!), ni ni nada por el estilo]
decámetro: da [10 m] hectómetros: hm [100 m]
kilómetros: km [nunca Kms, ni Kmts, ni KM, como se hace]
SÍMBOLOS DE UNIDADES DE SUPERFICIE:
centímetros cuadrados: cm²[0,0 1 m x 0,0 1 m],
metros cuadrados: [1m x 1 m]
hectáreas: ha [1 hm x 1 hm =: 100 m x 100 m =: 10.000 m²], nunca has, ni Has.]
SÍMBOLOS DE UNIDADES DE VOLUMEN:
centímetros cúbicos: cm³ , metros cúbicos: [1m x 1 m x 1m]
litros: l [10 cm x 10 cm x 10 cm; nunca con puntito l., ni Its, ni ltn., ni /itl:. etc.]
SÍMBOLOS DE UNIDADES DE PESO:
gramos: g [nunca grs, ni gt:, ni grms, ni nada más],
kilogramos: kg [nunca kgs, ni Kgr, ni Kgrs],
quintal métrico: qm [100 kg],
tonelada métrica: t [1.000 kg]
SÍMBOLOS DE UNIDADES DE TIEMPO:
segundos: s [no sgs, ni seg., ni segs.],
minutos: mn [no mnts, ni mins., ni cosas por el estilo]
horas: h [no hrs, ni hors.]
SÍMBOLOS DE MONEDAS:
Dólares: $; Libras: £; Marcos: DM; Francos franc.:FE, Euros: €, etc., sea 1 sólo o millones de ellos.
Pesetas: Pta o PTA [nunca pts. (abreviatura de 'puntos'), ni ptas.(abreviatura de puertas) ni Pt (simbolo de piastras egipcias).




[1]Cfr., además, las diez reglas para las citas bibliográficas, que enumera y desarrolla extensamente Eco (1917: 188-97), y que son: amplitud razonable, ser corroboradora, compartir su idea, identificar bien autor y fuente, referirse a la edición más acreditada, ir en su lengua original o citar traductor, ser claras, sangrar si es extensa, ser fieles al original y considerarlas como testigos de un juicio crítico.)
[2] Si lo que se escribe resulta, (o se descubre), no ser ni original, ni propio del autor, éste será reputado de plagiario y será sonrojado y menospreciado para siempre, sin conmiseración en el mundo académico (no digamos nada del mundo comercial o de las patentes industriales).
[3] El artº 32 de la Ley Propiedad Intelectual dice: "Es lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, (...), siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con fines docentes o de investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada."
[4] Como también menciona el mismo autor, op. cit. (en n. 1), pp. 201-6. [remitiendo al lector a la nota 1 (o la que sea) en la que por vez primera en ese trabajo se referencia la obra citada, si bien reenviando a otras páginas de dicha obra]
[5] El equivalente al "compilador" sería el editor inglés o el Verfasser alemán o el curatore italiano, nunca trasladables como "editor" en español, por ser éste la empresa o empresario que publica la obra [que sería el publísher, Auslager, editeur, editore, etc.]
[6] Se recomienda vivamente enviar los trabajos al editor o revista en copia de papel y en disquetes indicando el sistema operativo (PC, Macintosh, etc.) y siempre el programa de la aplicación (Word, etc.): se evitan muchas correcciones de erratas tontas del "picador" de la imprenta, al que en general le importa un bledo lo que escribamos, y se ahorra mucho trabajo ocioso.

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